domingo, 15 de febrero de 2009

LECTURA Y GLOBALIZACIÓN

Es tal la capacidad de Carlos Monsiváis para transmitir un mensaje, que inmediatamente después de concluir la lectura surgieron una serie de interrogantes acerca de cuál sería la forma idónea para crear, en un país de más de 100 millones de habitantes, el hábito de la lectura.

De entrada, existen publicaciones como los best sellers o los libros de superación personal, los cuales han invadido el mercado de la industria editorial, y Monsiváis lo señala muy contundentemente, es una una imposición por parte de las industrias culturales anglosajonas.

Pero, ¿por qué nunca se ha tenido el hábito de la lectura en nuestro país? Si hacemos memoria, y recordamos cuando llegó la historieta o comic a México en la década de 1920, la gente de inmediato se lanzó a las calles a adquirir este nuevo medio, que tenía dos intenciones: informar y entretener. Y en el texto, Monsiváis lo menciona, "antes tampoco se leía mucho" y está en lo cierto. A pesar de que en décadas anteriores se llevaron a cabo programas de alfabetización a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP) estos no surtieron efecto, ya que el nivel de analfabetas en nuestro país para la década de 1940 era de un 75 %.

Entonces, ¿por qué se dice que hoy en día el nivel de personas alfabetas son mayor a las de ese entonces?. La respuesta podría ser: probablemente sí, sin embargo también hay que tomar en cuenta que la mayoría de las personas que tienen el acceso a la lectura caen en el analfabetismo funcional, es decir, no leen "cosas de provecho".

Es importante mencionar también, que en las primarias y secundarias no existen títulos para que los niños y adolescentes comiencen a instruirse en el hábito de la lectura y, además como se menciona en el texto, no hay fomento por parte de los profesores ya que ni siquiera ellos leen.

Es muy difícil el fomentar la lectura en un país cuando el propio presidente declara, que él, a diferencia de muchos que se formaron leyendo libros, se formó viendo las nubes. Entonces el problema se hace cada vez más complejo, ya que ni siquiera aquellas personas que tienen un cargo político tienen esa cercanía con la literatura; y qué decir de ese "lapsus blingüe que le ocurrió citando al escritor "Borgues".

Entonces, podríamos concluir que la lectura en México, se da como un aspecto personal más que por un modo colectivo, y esto conlleva a que los sectores en los que se fomenta la lectura sean muy reducidos

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